Consciente de su aparente locura y de su irremediable ecléctica forma de ser, de repente, con sólo sentarse delante del ordenador y teclear lo que ella pensó que era un Desarrollo de su Psicoanálisis, dedujo que, con todo y con eso, era, posiblemente, una de las pocas personas felices sobra la faz de la tierra.
Y yo me alegro de eso.
Y yo, que a su lado no me siento ni la mitad de segura ni la mitad de fantástica, comparo mi fanatismo por su mirada y su forma de simplemente ser ella, con el tiempo que he perdido en pamplinas y no he profundizado en sus paranoias. En cualquiera de ellas.
Pero sé, que todo lo que me queda por ver, por aprender a leer en sus gestos y en sus sonrisas, lo que me falta saber de sus inquietudes y sus dolores de cabeza, de sus ambiciones y sus subidones, está por venir. Y vendrá.
Y cuando venga aquí estaré.
Que ya estoy aquí.
Y no me pienso ir.
Palabras con palabras, puñados de sensaciones y algo de música
domingo, 26 de abril de 2009
sábado, 25 de abril de 2009
The Fear
Miró una vez. No vio nada.
Miró otra vez. No vio nada.
Miró una tercera vez y los ojos de una bestia inyectados en sangre clavaron su mirada en él, con la ira y la frialdad de una espada templada en el mismísimo infierno.
Sólo pudo respirar aceleradamente y suplicar clemencia.
Miró otra vez. No vio nada.
Miró una tercera vez y los ojos de una bestia inyectados en sangre clavaron su mirada en él, con la ira y la frialdad de una espada templada en el mismísimo infierno.
Sólo pudo respirar aceleradamente y suplicar clemencia.
sábado, 18 de abril de 2009
Timing is crucial
Miró a su alrededor con la curiosidad de un niño y comprendió: todo estaba en calma. Los espejos reflejaban una imagen completamente nueva y bastante interesante, cuanto menos. Los perfumes que invadían sus sentidos no sólo eran incomparables sino que resultaban más que apetecibles. No había silencio, era imposible que lo hubiera, pero el ambiente que colmaba la estancia era de los más reconfortantes, sin duda. Una luz se dejaba colar tímidamente por debajo de la puerta haciendo su visión aún más agradable. Sin darse cuenta clavó la mirada en el infinito, dejando que la sonrisa que empezaba a aparecer moldeara esas arruguitas tan características en la orilla de sus ojos. Y en ese momento, si hubiera podido, habría detenido el tiempo.
lunes, 13 de abril de 2009
Neopolitan dreams
No lo descarto.
No descarto descoserme el corazón con puntadas infinitas e hilos interminables.
No descarto hacerme una bola entre las sábanas y observar el reloj hasta que mis latidos bailen a su son.
No descarto que mis manos tracen la silueta de mi sombra en la pared de un convento.
Ni descarto que sólo sea eso.
No descarto que el tiempo me lleve a otro momento, a otro lugar y a otro sentimiento.
Como no descarto volver a coger un tren que me lleve a ninguna parte. Donde haya arena, sol y mar. Donde la brisa me queme. Donde el silencio no signifique dolor.
No descarto tirarme de los pelos frente al espejo del baño.
Ni llorar.
Ni gritar.
Ni rabiar
Ni volver a darme cuenta de lo bueno y de lo malo. De que no estoy sola. De que aporrear la batería y comer torrijas son – quizás – uno de los mejores remedios. Que comienza con sonrisas y luego ya se verá.
No descarto los arrumaquitos.
(Con Cannavaro o sin él).
Ni las paranoias.
Ni los autocares con olor a pies.
No descarto otra vida. Ni mejor ni peor. Simplemente otra.
Ni completar mis vacíos.
Ni estar bien a tiempo completo.
Ni descarto bailarle el agua a estar simplemente contenta. Porque sí. Por mí.
Ni descarto el futuro. Traiga lo que traiga. De negro o de blanco. Con fondo de armario o sin él. En Madrid o en un lugar muy muy lejano. Aunque el futuro no es ahora. El futuro ya vendrá. Algún día. Con el tiempo.
O no.
Pero no lo descarto.
lunes, 6 de abril de 2009
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