Palabras con palabras, puñados de sensaciones y algo de música

jueves, 26 de marzo de 2009

Persona

Cuando quiera que suspiros entonces remedios de coca-cola. Que si llueve debajo del mar nunca hará tanto frío como entre los dientes del invierno. Recoge tus cosas, haz la maleta y desaparece entre las hojas de un sauce llorón. Que si llora es por algo pero su llanto no revienta los tímpanos de un niño que juega a las canicas. Lo intenta y no puede. Si acaso se cuela entre el mantel de la vecina y las sábanas de una monja, y va a parar a la orilla de tus dedos. Está prohibido quitarse el delantal y colgarse un saco de patatas. Los espaguetis, el parchís y las chapas. El conejo de la suerte preguntó ayer por qué la noche silbaba en Sí bemol y no contó con él para susurrar verdades. Encuentra el pañuelo donde ponía “es posible” y mételo en una botella. Si el sol lo quema, vuelve hacia atrás, llama a tu infancia y grita. Sin miedo. Con fuerzas. Sin rencores. Con aliento. Sin miedo. Y cuando quiera que suspiros, remedios de coca-cola.

martes, 24 de marzo de 2009

This is the life

Negro.

Negro.

Muy negro.

Muy negro.

Muy negro.

Negro.

Negro.

Negro.

¡GRIS!

jueves, 12 de marzo de 2009

Sálvese quien pueda

Enterrando los recuerdos que escribiste en mi memoria, de repente se volvió todo negro. Ni lo esperaba ni lo habría adivinado. Con mi música – como siempre -, con mi libro – como siempre -, con la agenda repleta de citas pendientes y el móvil cargado de palabras que nunca se llegaron a pronunciar. Y mirar por la ventana mi propio reflejo y a veces el de otra gente. Gente de dentro y gente de fuera. Gente de aquí y de allí. Gente de todas partes. Que va. O que viene. O que está demasiado dormida como para saber siquiera qué hace allí. Pero da igual. Entre párrafo y párrafo recuerdo el perfume que dejaste en mi piel y sospecho que no fue intencionado. O sí. Entre estación y estación me empano pensando que ese maldito grano me va a fastidiar el día y que igual el flequillo lo taparía si me lo dejara. El reflejo me delata y me muestra que sí está ahí. Y miro la hora y en solo 5 minutos te veré ahí esperándome. Como todas las mañanas. Como todos los días que has decidido formar parte de este trayecto que acerca mis sueños a tu almohada, pasando de puntillas por el estrés de la realidad. Como cada segundo que paso pensando que no me equivoqué al ponerte nombre dentro de mi colección de asuntos pendientes. Y que ya no lo eres. Y cuando te mire al bajar veré que ahí estás. Y el libro, la música, la agenda, el móvil, el grano y todo lo demás se esfumarán de repente y parecerá que nunca han estado allí. Pero eso será dentro de 4 minutos. De momento vuelvo a mirar: jueves, 11. Un día cualquiera.

Y ahí estás, entre ese mogollón de gente, como siempre, y con tu imperturbable mirada de ángel, como siempre. Se abren las puertas y….

Un chillido agudo me perfora los oídos como la más fina de las agujas. Y todo está oscuro y mis pensamientos huelen a quemado. Y no veo. Y no oigo. Y no siento. Y tengo miedo. Y golpes, frío y olor a quemado. Y dolor. Y no siento pero duele. Y lloro. No lo entiendo. Y grito. No sé qué pasa.

Y ya no pasa nada. Ya no hay música, ni libro, ni nada de nada. Y no estás. E intuyo que ya nunca lo harás. O quizá sea yo quien marchó. Quién tras el ruido quebrantó las citas pendientes y las palabras que nunca llegarán de verdad a pronunciarse. Y la agenda voló por los aires tras la explosión y la fecha que quedó marcada a fuego fue ese fatídico jueves. Ese fatídico 11. Ese 11 de Marzo.

lunes, 9 de marzo de 2009

Autocrítica

Debe ser que me hago mayor, o que me estoy volviendo friki (algunos dirán: "¿más?"), o vete a saber. Pero cada vez soporto menos a la gente que:

- Llega tarde al cine.
- No lee la puta (¿puta?, ¡¿he dicho puta?!) entrada donde pone fila y asiento y entra por donde le sale de las narices molestándote (en el cine o donde sea).
- Habla en el cine.
- Come en el cine.
- No apaga/silencia el móvil en el cine.


¡Y encima luego dice que no le ha gustado la película!


Las miradas, las caricias y los besos no me importan tanto.

jueves, 5 de marzo de 2009

Fin de la primera parte

Hoy no quiero levantarme. Hoy no. Aunque tengo motivos por los que sonreír pero hoy no. Porque sé que el día acaba y cuando lo haga acabarán muchas cosas. Acabarán muchos “ay omá”, los “amparos”, las discusiones de nuendistas vs protooleros, las risas contenidas, las caras de oh my god acompañadas de risas sin contener, las piruletas (esas ya se acabaron), los ratitos de antes y los ratitos de después (y los del durante). Se acaban los “cohone”, “cagoentó”, los “colutorios” (que no locutorios)… Y se acaban los “¡Santiesteban!” - al menos a grito pelao por el pasillo.

Las movidas superchungas y las cosas más dulces harán más fácil la resaca. Que nos hemos emborrachado a base de bien de sonido por los canales C y R (o Ch y R - que no L y R -) y mañana va a ser duro.

Porque se os va a echar de menos.

martes, 3 de marzo de 2009

Let's get started


"Tienes que ir paso a paso. No puedes abarcar todo de golpe. Tienes que fraccionarlo, dividirlo, empezar resolviendo pequeñas partes, hasta finalmente obtener un todo. Y nunca olvides que sólo hay una solución válida para cada problema."
CLASES PARTICULARES. Alauda Ruiz.