Soñé,
con los ojos abiertos soñé.
Que los cielos más cerrados se abrirían de un soplido.
Que los puentes no sólo conectarían espacios,
si no que unirían personas, mentes, inquietudes y deseos.
Soñé que las luces de los coches me enseñarían el camino más recto a la felicidad.
Que el vértigo que padezco nada tenía que ver con las alturas,
aunque sí con lo alto que quiero llegar.
Y soñé,
que los sueños se hacen realidad.
Dicen que "son tiempos difíciles para los soñadores",
asi que me guardaré mis sueños en una caja, y los sacaré y los limpiaré el polvo más adelante.
Cuando vengan tiempos mejores.
Mientras, seguiré coleccionando ilusiones.