Hoy no quiero levantarme. Hoy no. Aunque tengo motivos por los que sonreír pero hoy no. Porque sé que el día acaba y cuando lo haga acabarán muchas cosas. Acabarán muchos “ay omá”, los “amparos”, las discusiones de nuendistas vs protooleros, las risas contenidas, las caras de oh my god acompañadas de risas sin contener, las piruletas (esas ya se acabaron), los ratitos de antes y los ratitos de después (y los del durante). Se acaban los “cohone”, “cagoentó”, los “colutorios” (que no locutorios)… Y se acaban los “¡Santiesteban!” - al menos a grito pelao por el pasillo.
Las movidas superchungas y las cosas más dulces harán más fácil la resaca. Que nos hemos emborrachado a base de bien de sonido por los canales C y R (o Ch y R - que no L y R -) y mañana va a ser duro.
Porque se os va a echar de menos.